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Lugar Vacio...

domingo, 27 de febrero de 2011

Historia muy real...

Un niño nació, en un lugar muy determinado, Aprendió códigos, y a un fuerte contratiempo, tuvo que aprender a gustarse de lo que el mundo le heredaba. Como niño, se estanco desilusionado a la edad de 5 años, como ser orgánico fue aprendiendo los rudimentos para “fluir” en una sociedad ya hecha. Fue poniendo nombres de a poco a todo aquello que aprendía y hacia suyo, aprendiendo también a darle valor.  Fue siendo de a poco actor en su medio y un fuerte interprete de los valores en los que le toco crecer.                                                                                                                                                                
A medida que su contrato social se hacía más sofisticado con el crecimiento de su “vida  responsable”, menos tiempo y energía tenía para pensar en si firmaría o no y en cómo hacerlo, además de leer la letra chica… todo esto acompañado de las oscuras sugerencias de gente muy seria, que ha dejado al niño tras el miedo. Todo esto se fue depositando en una multitud de pequeñas contracturas en los músculos más internos de su cuerpo, cosa que con los años termino registrando como una fuerte contractura física y mental. Y por consecuencia… un cumulo de “Razones habilitantes” para actuar con mucha violencia, esta violencia expresada no era sino, el fruto maduro de la represión en un momento de su vida.                                                                                                                                              
-Sus patrones de comportamiento físico y mental,  eran cada vez más limitados a causa de estas contracturas, y así sus posibilidades de desarrollo… 
                         
-Aprendió a ser “feliz” a costa de huir del sufrimiento…                                            
-A causa de la inmediatez con que tenía que responder al mundo, pudo obtener solo medias  verdades…  que de niño abundaban en experiencia y sentir…  
                 
-Aprendió a reformular sus preguntas sobre la vida, el tiempo y la libertad, trayendo estas cuestiones a su” atareado labor” antes que ir a buscarlas a la montaña…   
      
-Su sistema de defensa estructuro un mecanismo hábil para no sentir la terrible contradicción interna, generando un sentir artificial que le entregaba “certeza y comprensión” de su situación.


Después de pasado mucho tiempo, cuando era más que evidente la saturación de su modo de sobrevivir, se acordaba a veces del niño, cuando se daba cuenta de que lo había dejado con las palabras en la boca y con el corazón a medio expresar,  Y que hoy  siendo grande se la pasaba haciendo cosas de otros…, solo manteniendo las cosas heredadas.                                                                                                
Pero pasado mucho tiempo más, vino de pronto un rapto de luz y dijo…

“He estado viviendo de forma instantánea y mecánica!!, donde esta mi parte?? , no está en lo que este mundo tenga para darme, sino en lo que yo pretenda hacer de él… “

1 comentario:

  1. ¿ Ya no padeces mas contracturas? Vaya suerte! Es que este mundo va muy pesado, y cargar con él, ya ni Atlas puede!
    Recobra al niño,que siempre va contigo y agradece a la Vida,por ese mágico don de perpetuar lo mas grande y bello que hay en tí!
    Cordiales saludos.
    Beatriz Basenji.

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